La Luna de Marruecos
El secreto de los enamorados
Desde tierras marroquíes luce la Luna de un modo diferente, como si quisiera contarnos un secreto, como si deseara captar nuestra atención y hacer que pidamos deseos.
Marruecos, tierra de amor y de fantasía, destino de millones de enamorados que viajan para que la luna mágica cumpla sus anhelos de amor sincero y verdadero.
Los jóvenes y no tan jóvenes galanes caminan prendados por la belleza de sus damas bajo la luz de una luna dulce y cálida, haciéndose promesas de amor eterno ante la grandiosidad de sus palabras, siendo testigos el mar, la luna y los camellos.
Bajo el seductor clima de Marruecos las parejas se olvidan de sus diferencias y disfrutan de su amor bajo las estrellas. Una cena romántica, un paseo por el desierto, visitar hermosos palacios, dormir juntos en una jaima en medio del Sahara o unas compras especiales en el zoco harán que el amor luzca con destellos de diamantes, que la rutina diaria se aparte y comience una aventura de ilusión y conocimiento mutuo entre los amantes.
La vida es sentir
Marruecos ilusiona, es uno de esos países que tiene esencia propia y que levanta pasiones. Su cultura, su biodiversidad y sus personas son atractivos naturales que hacen de Marruecos uno de los mejores destinos para desconectar de la vida diaria y sentir. A veces, por el trabajo, los estudios u otras razones dejamos esto de sentir relegado a una posición última en nuestras prioridades vitales, sin darnos cuenta de que la vida es sentir y que sin sentir la vida no tiene sentido alguno.
Cuando sentimos es cuando somos plenamente conscientes de nuestra existencia, no somos seres automáticas programados para la maximización en todas sus vertientes, producir en la empresa, producir en casa, producir en la familia ¿y nosotros? Es cierto que por desgracia en muchas ocasiones nos olvidamos de nosotros mismos, de que somos seres sintientes y que como tales, tenemos derecho a sentir, a emocionarnos.
Viajar para ser libres
La emoción de conocer cosas nuevas, de sentir y de experimentar es lo más bonito que podemos poseer. Podemos pasarnos media vida soñando y despilfarrando nuestro dinero en cosas plenamente materiales que no nos llevarán jamás a la felicidad, o podemos darnos el capricho de sentir, de emocionarnos y de conocer, sin duda esto hará que nuestro paso por la vida sea más significativo, al fin y al cabo nuestro único límite es el conocimiento, cuanto más conozcamos menos límites tendremos. Conocer países y culturas diferentes a la nuestra hace que seamos libres, que nuestra mente se abra y veamos nuevas realidades antes ignoradas por nuestro cerebro.
Puedo asegurar que Marruecos no deja indiferente, cierto es, que ningún rincón del mundo es similar a otro pero Marruecos como ya he mencionado, es especial.
Como Ludwig Wittgenstein dijo: “Los límites de mi lengua son los límites de mi mundo” yo, siguiendo este principio afirmo que “Los límites de mi mundo son los límites del mundo que conozco” que viene a ser lo mismo si reflexionamos sobre la frase de Wiitgenstein.
La Luna de Marruecos te espera para contarte sus secretos, para hacer que el amor brille de forma especial y para hacer que conozcas nuevos mundos, nuevas realidades.